Hoy quiero compartir una de las historias más entrañables que he vivido desde que comencé a realizar ceremonias. En el 2017 se puso en contacto conmigo Toñi que junto a sus hermanos estaban regalándole a sus padres sus bodas de oro.

Muchas parejas reúnen a su familia para celebrar aquel día, pero pocas deciden dar el paso de realizar una nueva ceremonia. Sin embargo Toñi y sus hermanos lo tenían claro, querían que yo me encargará de preparar una ceremonia a la altura de la relación de sus padres.
Los que me conocéis sabéis cómo me preocupo por cada una de las historias que quiero contar. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo una pareja más joven, que una que ya ha pasado 50 años juntos. ¡Y encima era una sorpresa!
Fueron varios whatsapps, notas de voz, fotos que me fueron enviando la familia con lo que pude ir construyendo su historia de amor. ¡Y menuda historia!
Cuando llego el gran día me encantó conocer tanto a Ismael como a Ezequiela. Después de haber escuchado tanto acerca de ellos, verlos con aquella experiencia, con esa familiaridad, con esas sonrisas celebrando el amor… Todavía lo pienso y me emociono.
Fue una ceremonia inolvidable. De verdad que celebrar las bodas de oro son una experiencia única. Siempre que podáis dedicarle ese homenaje a vuestros padres y familiares.